En 2025 el sector financiero vive una auténtica revolución impulsada por las plataformas low-code y no-code. Estas tecnologías transforman procesos, democratizan el desarrollo y aceleran la llegada de nuevos servicios al mercado.
El mercado global de plataformas low-code/no-code alcanzó un valor de 28.000 millones de dólares en 2024 y se proyecta que supere los 37.000 millones en 2025. Más del 70% de las nuevas aplicaciones empresariales se construirán con estas soluciones, frente al 25% registrado en 2020.
Esta tendencia refleja una demanda creciente de agilidad y una estrategia deliberada de las empresas por reducir los cuellos de botella en sus áreas de TI, al tiempo que se potencia la innovación por usuarios de negocio, los llamados “programadores ciudadanos”.
Las plataformas low-code se basan en interfaces visuales, módulos reutilizables y mínimo código, mientras que las no-code ofrecen sistemas drag-and-drop que eliminan por completo la necesidad de programación manual.
Ambas aproximaciones permiten la democratización del desarrollo, de modo que perfiles de negocio sin formación técnica puedan diseñar y desplegar aplicaciones críticas en cuestión de días o semanas.
La integración de APIs, conectores preconfigurados y capacidades de IA y machine learning incorporadas facilitan la creación de soluciones complejas, desde análisis predictivo hasta automatización del cumplimiento regulatorio.
En 2025, más del 70% de las instituciones financieras ha lanzado su propia super-app, unificando servicios de banca, pagos, inversión, seguros y asistencia en un único ecosistema digital. Estas aplicaciones se construyen mayoritariamente sobre plataformas low-code/no-code.
La automatización de procesos críticos, como la evaluación y otorgamiento de créditos, gestión patrimonial y detección de fraudes, se realiza con flujos de trabajo configurables y motores de reglas alimentados por IA.
Además, la democratización de servicios anteriormente reservados a segmentos premium ha permitido ofrecer financiación instantánea, asesoría de inversiones personalizadas y productos embebidos en puntos de venta, ampliando la base de clientes de forma masiva.
Los números hablan por sí mismos: las organizaciones pioneras han experimentado mejoras espectaculares en costos, tiempos y engagement.
Leascorp, una fintech emergente, multiplicó sus ingresos y aceleró el lanzamiento de nuevas líneas de negocio al adoptar low-code para todo su ecosistema financiero.
Otras plataformas prominentes en el sector incluyen:
Estas herramientas no solo facilitan la creación de MVPs, sino que también permiten iterar rápidamente sobre prototipos y escalar al nivel enterprise sin depender exclusivamente de un equipo de desarrollo tradicional.
Aunque la tecnología low-code/no-code acelera la innovación, enfrenta desafíos como la limitación de personalización extrema en escenarios muy específicos y la integración con sistemas legacy complejos.
Es vital establecer marcos de gobernanza tecnológica que garanticen estándares de calidad, seguridad y cumplimiento normativo. La formación de los usuarios de negocio y la coordinación con equipos de TI son claves para evitar riesgos operativos.
De cara a los próximos años, se prevé una profundización en la integración de IA, analytics y blockchain dentro de estas plataformas, favoreciendo decisiones automatizadas en tiempo real y entornos de desarrollo aún más componibles.
La banca contextual, Finance-as-a-Service y la personalización masiva serán la norma para 2030, mientras nuevos actores entran al mercado con soluciones aún más especializadas y abiertas.
En este escenario, las plataformas low-code/no-code seguirán evolucionando para ofrecer mayor flexibilidad, escalabilidad y autonomía a todos los actores del ecosistema financiero, desde grandes bancos hasta startups y cooperativas locales.
La adopción estratégica de estas herramientas define hoy la competitividad futura de cualquier institución financiera que aspire a liderar la era digital.
Referencias